La reyesía de Cristo es un concepto fundamental en la teología cristiana que se refiere al reinado de Jesucristo como Rey del universo. Este concepto está basado en las Escrituras y ha sido desarrollado a lo largo de la historia de la Iglesia.
La idea de la reyesía de Cristo tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, donde se profetiza la venida de un Rey que gobernará sobre Israel y sobre todas las naciones (Salmo 2:7-9, Isaías 9:6-7). En el Nuevo Testamento, Jesucristo es presentado como el Rey que ha venido a gobernar sobre el universo (Mateo 2:2, Lucas 1:32-33).

La idea de la reyesía de Cristo se desarrolló a lo largo de la historia de la Iglesia. En la época patrística, los Padres de la Iglesia como San Ireneo y San Agustín escribieron sobre la reyesía de Cristo como un concepto central de la teología cristiana.
En la Edad Media, la idea de la reyesía de Cristo se desarrolló aún más, especialmente en la obra de teólogos como Santo Tomás de Aquino. En la Reforma Protestante, la idea de la reyesía de Cristo fue reafirmada por teólogos como Juan Calvino.
La reyesía de Cristo tiene implicaciones teológicas profundas. En primer lugar, establece la autoridad de Cristo sobre el universo y sobre todas las naciones. En segundo lugar, enfatiza la importancia de la obediencia a Cristo como Rey y Señor. En tercer lugar, proporciona una visión de la historia como un proceso de realización del reino de Dios bajo la dirección de Cristo.
La reyesía de Cristo es un concepto fundamental en la teología cristiana que establece la autoridad de Cristo sobre el universo y sobre todas las naciones. Esta idea ha sido desarrollada a lo largo de la historia de la Iglesia y tiene implicaciones teológicas profundas. La reyesía de Cristo es un recordatorio de la importancia de la obediencia a Cristo como Rey y Señor, y proporciona una visión de la historia como un proceso de realización del reino de Dios bajo la dirección de Cristo.