ANTECEDENTES DE LA CRISTIADA
Ago 18, 2025
Por: Mejía Antolín, David

Estimados lectores, les enviamos un cordial saludo deseando que se encuentren bien, y a la vez agradecemos que nos sigan por este medio.

Hemos dado inicio al recorrido histórico sobre la defensa de la Fe Católica conocido como La Cristiada. Algo que debemos tener presente es lo siguiente: México, nuestra patria, tuvo un origen cristiano; el fundamento principal de nuestro país es su catolicismo. La historia de nuestra patria no inicia con los pueblos originales que vivieron en Mesoamérica; la patria inicia con la Independencia que obtuvo de la madre patria España. ¿Por qué me atrevo a mencionarlo? La respuesta es lo siguiente: bien nos lo dice don Nemesio Rodríguez Lois en su libro La Cruzada que forjó una Patria; para que exista una patria hay pilares fundamentales: el territorio, la historia, la cultura, la lengua y, sobre todo, la religión.

Con los pueblos originales no había patria, ya que no compartían el territorio; cada grupo habitaba ciertas zonas. No había unidad, sólo convivían y, en la mayoría de los casos, peleaban entre ellos. No compartieron su historia; más bien, cada pueblo tenía su propio origen de acuerdo a su ideología y creencia religiosa. En cuanto a cultura y lengua, nunca fue la misma. De ahí que haya un sinnúmero de dialectos; muchos de ellos no tenían escritura, más bien eran gruñidos o sonidos carentes de vocablos. Su escritura, de acuerdo a descubrimientos arqueológicos, era pictográfica, es decir, por medio de dibujos. Al no tener un mismo origen, cada pueblo tenía su propia idiosincrasia y creencias, con ello cada comunidad tenía sus propios dioses, o mejor dicho: sus propios demonios.

Decirse mexicano y querer enaltecer a los pueblos originales es una grave contradicción; o no se sabe de historia, o se cae en la necedad de atribuir el concepto de “cultura” a la barbarie.

Cabe mencionar que el gobierno federal en turno, desde el sexenio pasado, se ha propuesto adoctrinar al pueblo con la exaltación de los pueblos originarios, poniendo en contra toda la cultura hispánica que heredamos de España. Renegar de España es renegar de la lengua castellana, la música, la gastronomía, la arquitectura, la literatura y, sobre todo, del catolicismo.

El señor Marcelo Gullo Omodeo nos ha dado tres grandes libros en los cuales podemos indagar lo antes mencionado; dichos títulos son: Madre Patria, Nada por lo que pedir perdón y Lo que América le debe a España. Les recomendamos su lectura.

La primera conclusión que debemos afirmar es: México no es el conjunto de pueblos originarios. España, la madre patria, es quien da identidad a nuestro suelo mexicano; vino del otro lado del mundo para evangelizar, educar, compartir su cultura, gastronomía, las artes e incluso leyes.

Durante el virreinato, la Nueva España fue considerada una potencia mundial en cuanto a la economía, las artes, la educación y la fe. Todo giraba en torno a la Fe Católica; se vivía un gobierno teocéntrico. Gracias al milagro de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, los naturales abrazaron la fe, no por violencia como lo dice la Leyenda Negra, sino por amor al Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo.

Fruto del virreinato son las universidades en todo el continente, las grandes catedrales, la creación de ciudades, la acuñación de la moneda, grandes minas y astilleros. Gracias a la Leyenda Negra impuesta por la educación laica, el pueblo mexicano reniega de España. Existe un proceso de desmexicanización, tal como lo dice don José Ignacio Vasconcelos en su libro Medio milenio de Hispanidad.

Al día de hoy, la presidente de México, de sangre judía, Claudia Sheinbaum, ha puesto en la plaza del Zócalo de la Ciudad de México figuras de las deidades aztecas. Fiel al objetivo del sionismo y la masonería, quiere desterrar la religión católica.

Una segunda conclusión que debemos guardar es: Gracias a España nuestro país es católico, pueblo destinado a ser la luz de las naciones, tal como lo dijera San Juan Pablo II.


📚 Libros recomendados para profundizar en los temas tratados:

  • El Nuevo Mundo, Alberto Caturelli.

  • Historia verdadera de la Conquista de la Nueva España, Bernal Díaz del Castillo.

  • Forjadores de México, Nemesio Rodríguez Lois.

  • Doce Antorchas, Alfonso Trueba.

  • Ensanchadores de México, Alfonso Trueba.

  • Un siglo de México, Alfonso Junco.

  • Medio milenio de Hispanidad Americana, José Ignacio Vasconcelos.

  • La Raza Cósmica, José Vasconcelos.

  • Iturbide, un destino trágico, Alfonso Trueba.

  • Iturbide, José Macías S.J.

  • Árbol de Odio, Phillipe J. Powell.

  • La disipación de las tinieblas o el Origen de la masonería.

  • Masonería, Alberto J. Triana.

  • Humanus Genus, encíclica de León XIII.

  • Los bienes que robó Juárez a la Iglesia, Regis Planchet.

  • La cuestión religiosa en México, Regis Planchet.

  • Juárez Marxista, Salvador Abascal.

  • Las grandes traiciones de Juárez, Celerino Salmerón.

  • América Peligra, Salvador Borrego.

  • Revolución en marcha, Salvador Borrego.

  • El cura Hidalgo de Rodillas, Salvador Abascal.

  • La cruzada que forjó una Patria, Nemesio Rodríguez Lois.

Matrimonio

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